Page 48 - Revista Celiacs de Catalunya 13 Primavera / Estiu 2021

ÍACS EN CASTELLANO 2021
aditivos, cocina sencilla y casera, es el que más necesitamos las personas celiacas
para mantener en buen estado nuestra salud.
En cuanto a las dificultades que puedo encontrar en mi día a día, lo que peor llevo es
no poder participar en una gran mayoría de reuniones, comidas o cenas en entornos
como el laboral y familiar.
Ahora, después de dos años y medio desde que estoy diagnosticada, llevo mis al-
mendras o aperitivos cuando salgo a tomar un refresco, pero la realidad de no poder
tomar tapas o comer como el resto, te hace sentir mal. Al final se afronta pensando
que cuando acabe el encuentro, estaré fantástica y me encontraré bien y sin ningún
síntoma de la enfermedad.
También como no, es la carencia de lugares acreditados donde podemos ir, es el
caso de la ciudad de Rubí. No tenemos ningún obrador, granja ni restaurante donde
poder disfrutar con familia y amigos; y no queda otra solución que elegir lugares en
Barcelona u otras ciudades para ver las opciones seguras. La otra problemática que
tenemos las personas celiacas es el gran precio que pagamos por los productos sin
gluten, que además, no siempre son saludables, y los que son a un precio reducido
acostumbran a desaparecer de las estanterías de forma inmediata. Esto se afronta
con un equilibrio de la economía familiar para decidir qué puedo comprar y que no,
y también esperando a la nueva reposición de los productos que quería adquirir.
Vanessa Buchaca
Me diagnosticaron dermatitis herpetiforme con 15 años y de esto ya hace casi 30.
Los primeros años fueron muy complicados... no me podía creer que aquello me hu-
biera pasado a mí y siempre tenía la esperanza que se fuese como un dolor de cabeza.
Con los años y asistiendo a conferencias que organizaba el aadpc y visitas con mé-
dicos, fui siendo más consciente de lo que me podía pasar si no hacía una dieta
estricta sin gluten.
Es importante que tu entorno conozca el mundo del celiaco y los cereales/ comidas
que podemos comer.
Agradezco enormemente cuando me invitan y buscan alternativas especiales para mí.
Uno de mis secretos es llevarme mi pan si como en casa de amigos o familiares.
Fiambreras si como en el trabajo y avisar a los restaurantes de que soy celiaca e
intentar asegurarme que los platos son aptos por mí.
No siempre es fácil. A pesar de que el sector se preocupa cada vez más, aún hace
falta mucha formación.
Es una lucha constante y no siempre consigo comer libre de gluten puesto que des-
pués aparecen las consecuencias, pero no por este motivo dejo de intentarlo y de
hacer una vida como el resto.
Ana Aragón
El primero en ayudarme, a los 60 años, fue mi hermano que ya estaba diagnosticado
como celiaco, vuestra información, buenísima, y leer sobre la enfermedad mientras
digería todo lo que vendría. Lo que más echo en falta es la variedad de opciones en
el momento de escoger un plato.
Normalmente en todos los lugares te ofrecen verduras a la brasa, pescadl, carne y
ensaladas. Para mí, ir a comer fuera de casa a veces es complicado, y más todavía
si voy con gente.
Marga Carreras
A mí lo que más me ayudó fue llamar a una amiga que no hacía mucho también la ha-
bían diagnosticado, y no os mentiré también lloré porque sabía todo el que me perdería. ellas han estado ofrecer información pública sobre el etiquetado, asistencia psicoló-
Recomiendo que si no se tiene alguien cerca que ya haya vivido la experiencia, con-
tactéis con alguna persona celiaca que mediante las redes sociales es muy fácil. Leer
sus experiencias siempre va bien y si te gusta escribir no cuesta nada compartir las
propias experiencias. Esto también me ayudó mucho.
Por otro lado, considero imprescindible para poder realizar correctamente la dieta sin
gluten, conocer los aspectos de la contaminación cruzada y del etiquetado, a pesar
de que cuando sales a restaurantes es difícil saber qué productos utilizan.
Recomendaría también llevar siempre comida por si no encuentras opciones sin glu-
ten, aunque esto limita. Además de no consumir gluten, estaría bien lograr hábitos
de alimentación más saludables
Neus Lorenzo
Hace dos años que me diagnosticaron la enfermedad. Con 46 años para mí fue un
palo muy grande y un cambio en mi vida brutal. El pan me encanta, las pastas o las
pizzas. Todo lo que tuve que dejar de comer.
Desde que sé que soy celiaca me he encontrado con muchas dificultades a la hora
de ir a comer a restaurantes. Por ejemplo, escuchar de un camarero decir que no
sabe lo que es la enfermedad. Comentarios diciendo que no pasa nada por un día,
etc. Creo que la sociedad no es consciente ni tiene empatía por las personas que
sufrimos este tipo de enfermedad.
Cristina Serra
Me detectaron celiaquía con 34 años, al principio estaba muy perdida. Recuerdo
la primera vez que fui al supermercado, parecía que no encontraba nada para mí,
el cambio era muy drástico y más cuando una de las cosas que más me gusta-
ban era el pan. Mi madre me ayudó muchísimo, compramos una panificadora y
diferentes tipos de harina de diferentes marcas para encontrar un pan que más
o menos se asemejara al que comía antes, el que como no se asemeja, pero no
está nada mal.
Otras cosas que hicimos fueron no dejar de comer los dulces que me gustaban y
empezamos a cocinar todo lo que ya hacíamos, pero sin gluten.
De este modo me motivaba y encontraba que el cambio era grande, pero que podía
continuar comiendo todo aquello que me gustaba en casa. El hecho de hacer la dieta
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sin gluten hizo que tuviera más interés por la cocina y comiera incluso más saludable
de lo que lo hacía.
Las dificultades de mi día a día las encuentro cuando voy a restaurantes. En muchos
de ellos le dices que eres celiaca y no saben casi que es, piensan que no podemos
comer ni arroz... un desastre. Según el lugar donde vaya, acostumbro a llevar mi pan
de casa y también algún postre (normalmente solo tienen fruta); y si no lo tengo claro,
pido ensalada o carne a la plancha.
Cuando te detectan celiaquía y no conoces a nadie de tu entorno con la misma
enfermedad, te sientes extraño.
Lucas Linares
Después de muchas pruebas, saber que era celiaco supuso una buena noticia. Has-
ta el momento había sido un martirio: problemas en el crecimiento, vómitos, diarreas,
etc... A partir de conocer que era celiaco, podía solucionar mi problema: tan sencillo
como no volver a comer gluten.
Mi padre y mi madre, fueron los primeros en hacer el esfuerzo de aprender y conocer
todo el necesario para los celiacos, puesto que yo era un niño. Ahora ya tengo 14
años, y sé lo que tengo que comer y lo que no. Me he acostumbrado a mirar las
etiquetas de los productos, y saber si llevan gluten o no.
Parece que los conocimientos sobre celiaquía han evolucionado mucho respecto a
hace 10 años. Por otro lado, a nivel político no se han impulsado ayudas y que los
productos sin gluten, aunque siendo más económicos que antes, siguen siendo más
caros respecto a los consumidos por una persona que puede comer de todo. Lo
mismo sucede depende de donde viajes. Yo mismo he vivido experiencias en restau-
rantes donde el precio de la comida sin gluten era mucho más elevado.
Caprabo, comprometidos con las personas celiacas y sus necesidades
En Caprabo llevamos más de 60 años preocupándonos por la salud de las personas
y por impulsar una alimentación saludable y un consumo responsable. Dos principios
que nos han marcado desde siempre el camino a seguir y así lo hemos recogido en
nuestro decálogo de compromisos para la salud y la sostenibilidad. Se trata de un
manifiesto que tiene en cuenta aspectos como la seguridad alimentaria, la alimen-
tación equilibrada, la prevención en la obesidad infantil, la sostenibilidad, la transpa-
rencia o la formación y la información, entre otros. Fue voluntad de Caprabo añadir
también en este decálogo la alimentación en casos de necesidades especiales.
Nuestro compromiso con las familias sensibles hacia la enfermedad celiaca se remon-
ta al año 2007 cuando Caprabo firmó el Pacto de adiciones, una colaboración entre la
Agencia Catalana del Consumidor y Caprabo que tenía como objetivo mejorar el etique-
tado de productos alimentarios para celiacos y diabéticos, de nuestra propia marca.
Y es que desde Caprabo trabajamos porque nuestra oferta de productos sea segura,
suficiente para una compra ordinaria y siempre con un nivel de precio adecuado. Por
eso, mantenemos una estrecha colaboración con la Associació Celíacs de Catalunya
desde hace más de 15 años. Esta relación nos permite conocer de primera mano las
demandas y preocupaciones de las personas celiacas y ampliar nuestra gamma de
alimentos para dar respuesta a sus peticiones. Porque queremos que las personas
con necesidades específicas encuentren en nuestras tiendas todo el necesario para
su alimentación.
A lo largo de estos años, hemos impulsado diferentes iniciativas con el objetivo de
sensibilizar sobre las necesidades especiales de la población celiaca. Algunas de
gica, explicar las sintomatologías u ofrecer charlas con diferentes temáticas. También
hemos realizado showcookings específicos en el Chef Caprabo, acciones relaciona-
das con la celiaquía dentro del Programa Educativo para una Alimentación Saludable
Elige Bueno, Elige Sano y descuentos de productos sin gluten de nuestra marca
propia.
Además, desde hace más de una década, y más allá de cumplir con el Real Decreto
2220/2004 sobre declaraciones de alérgenos, ofrecemos información adicional en
las etiquetas añadiendo los textos de advertencia necesarios, con mensajes sepa-
rados de manera visible para indicar la potencial presencia de trazas de alérgenos.
Caprabo también ha participado en diferentes ferias especializadas. Hemos estado
presentes a las dos ediciones de la Expo Free From Food en Barcelona. Y también
hemos participado en las dos ediciones que se han realizado del BNC Gluten Free.
En la última, lo hicimos con una actividad infantil donde, mediante una simulación
de un mini supermercado, los más pequeños podían jugar a la vez que aprendían a
identificar los productos sin gluten de las estanterías de una tienda. Además, podían
hacer la compra en Capraboacasa (nuestro supermercado en línea) y, con los pro-
ductos que compraban participar en un taller de cocina sin gluten.
Pero nuestra colaboración con la Associació va más allá. En junio del año 2020
afianzamos el compromiso de Caprabo con la firma de un convenio con la Associació
Celíacs de Catalunya, por el cual los socios de la entidad, al presentar la Tarjeta Club
Caprabo, pueden beneficiarse con un 20% de descuento en la compra de más de
200 referencias elaboradas específicamente sin gluten. El objetivo es ayudar a realizar
una compra completa de los productos más adecuados a un precio asequible.
Actualmente, continuamos trabajando para mejorar la oferta de productos sin gluten
tanto de nuestra marca propia como de marcas de otros fabricantes. En nuestros
supermercados, contamos con un amplio surtido de más de 2.000 productos sin
gluten de varias marcas, de los cuales 414 son de nuestra marca.
El objetivo de Caprabo es seguir profundizando en este compromiso por el cual es
imprescindible continuar colaborando con entidades como la Associación Celíacs de
Catalunya, que representan las necesidades e intereses del colectivo.