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A pesar de los avances en el conocimiento de la celiaquía y el desarrollo y perfeccionamiento de las pruebas de diagnóstico, la celiaquía sigue siendo una enfermedad infradiagnosticada. Este retraso o ausencia de diagnóstico, así como la ingesta voluntaria o involuntaria de gluten (transgresiones), puede tener consecuencias graves para la salud de las personas afectadas. La persona que padece una afección autoinmune tiene mayor riesgo de padecer otra enfermedad autoinmunitaria.
La dieta sin gluten realizada de forma estricta previene las complicaciones y reduce la mortalidad a largo plazo.
Complicaciones para la salud a largo plazo debido a una celiaquía no diagnosticada ni tratada:
Existen varias enfermedades y afecciones que pueden estar directamente relacionadas con la celiaquía. Algunas de las más frecuentes son:
Diabetes Tipo 1
La celiaquía y la diabetes son enfermedades que afectan a la absorción y el metabolismo de nutrientes al organismo. La dieta sin gluten interviene en el control de ambas: de una forma total en la celiaquía o parcial, en la diabetes. Las personas con diabetes insulinodependiente (Tipo 1) tienen más posibilidades de desarrollar la celiaquía que el resto de la población. De hecho, entre el 4.9% y el 8.4% de las personas diagnosticadas de celiaquía también padecen diabetes tipo 1. Esta fuerte asociación entre ambas enfermedades sostiene la conveniencia de realizar un cribado sistémico por enfermedad celíaca en pacientes con diabetes dependientes de insulina. La recuperación de la mucosa se produce por lo general pasado un año, aunque hay excepciones donde se tarda más tiempo, como es el caso de las personas diabéticas en quienes la adherencia a la dieta y la adaptación desde el inicio todavía es más influyente. No existe ninguna relación entre la diabetes tipo 2 y la celiaquía.
Enfermedad tiroidea
La celiaquía está presente de forma muy significativa en pacientes con enfermedades tiroideas con base autoinmune como la enfermedad de Graves y la tiroiditis de Hashimoto. Hay que tener presente que la prevalencia de estas patologías se encuentra entre el 2 y el 7% en la población en general, mientras que un 26% de enfermos de celiaquía manifiestan serología de enfermedad tiroidea. La coexistencia de ambas enfermedades viene dada por la predisposición genética y la asociación con el gen que codifica el antígeno 4.
Osteoporosis
La celiaquía no diagnosticada, así como la falta de adherencia a la dieta sin gluten, provoca la mal absorción de calcio, vitamina D y otros nutrientes, provocando que los huesos se vuelvan porosos, frágiles y se rompan con facilidad. Algunas investigaciones sugieren que incluso con la dieta sin gluten, las personas celíacas pueden necesitar más calcio que otras personas para mantener la buena salud de los huesos.
Infertilidad
La ausencia de diagnóstico y la celiaquía no tratada es una causa frecuente de abortos recurrentes y, además, puede provocar partos prematuros, menopausia precoz y problemas de fecundación, entre otras complicaciones. En cuanto a los hombres con enfermedad celíaca no tratada, hay una gran incidencia de disfunción eréctil y alteraciones en el recuento de esperma. La mala absorción de zinc, ácido fólico y selenio es la responsable de esta complicación. Se revierte con el seguimiento de una cuidadosa dieta sin gluten a partir del diagnóstico de la enfermedad.